15 de noviembre de 2010

2. ¿Cómo mido mi nivel de riesgo? ¿En qué consiste esa medida de la que tanto se habla?

Una vez identificadas todas las amenazas a las que se está expuesto, se debe medir el riesgo, es decir, la probabilidad de que dichas amenazas se concreten en afectaciones reales.

Es preciso determinar nuestro nivel de exposición; la frecuencia con la que estamos expuestos a amenazas (si vivimos en una zona peligrosa, por ejemplo), qué tan vulnerables somos ante ellas (no contamos con chapas de seguridad en casa, nuestras bardas son bajas y las ventanas no tienen protecciones, entre otros) y qué tan peligroso puede ser para nosotros (si normalmente en la zona existe una alta incidencia de robo a casa habitación).

Basado en ello, elaboramos nuestro plan, evitando que estas tres condiciones se integren; hacemos una matriz en donde priorizamos de acuerdo a lo que más estamos expuestos y qué amenaza pudiera afectarnos más; entonces reducimos las condiciones de riesgo para aumentar así las de seguridad.



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