31 de octubre de 2010

Violencia y Familia en Nuevo León

Por Patricia L. Cerda Pérez, Emma Cerda Pérez, Lewis Story Rodríguez

La violencia en Monterrey y su zona metropolitana es un fenómeno en aumento que se intercomunica, diversifica y extiende.  Las agresiones dentro y fuera delas familias se patentizan hoy en una geografía que alcanza niveles de "alto riesgo" en 160 colonias de los municipios de Monterrey, San Pedro, Juárez, Guadalupe, Escobedo, Apodaca, San Nicolás y Santa Catarina.
     El medio ambiente es un elemento clave que influye en la personalidad de individuos y familias a la hora de establacer conductas y respuestas.  Hoy, este medio ambiente nos indica de manera geográfica y social una realidad: donde la violencia familiar se aguriza, el pandillerismo y el suicidio se incrementan y retroalimentan el fenómeno de la violencia de forma sistemática.

Para continuar leyendo este interesante artículo da clic en el siguiente enlace: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/402/40211115.pdf


Fuente: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/402/40211115.pdf





27 de octubre de 2010

¿Estoy en una relación sana?

 

Parece amor, ¿pero lo es realmente?

A veces parece imposible encontrar a una persona adecuada para ti y que a la vez piense que tú eres una persona adecuada para ella. De modo que cuando ocurre, sueles sentir tanta emoción que ni siquiera te importa que tu hermano pequeño se coma todo el helado que quedaba o que tu profesor de inglés elija precisamente el día en que no has estudiado para poner un examen sorpresa.
En las primeras etapas de una relación es totalmente normal ver el mundo a través de unas gafas con cristales de color rosa. Pero para algunas personas, esas gafas de color rosa se convierten en orejeras que les impiden ver que la relación no es tan sana como debería ser.

¿Qué hace que una relación sea sana?

Es de esperar que tú y tu chico o tu chica os tratéis bien mutuamente. ¿Tienes dudas de que sea realmente así? Aléjate un poco de esa sensación vertiginosa de estar flotando en un globo y reflexiona si tu relación cumple estas siete características:
  • Respeto mutuo. ¿Se da cuenta de que eres alguien guay y de por qué? (Pon atención en no responder sí a la primera parte de la pregunta simplemente porque te comportas como si fueras alguien que no eres realmente tú). La cuestión es si tu novio o novia está contigo por quien tú eres: por tu gran sentido del humor, porque te encantan ciertos programas de televisión, etc. ¿Te escucha tu pareja cuando le dices que no te sientes bien haciendo algo y no te insiste más? En una relación, el respeto significa que cada persona valora quién es el otro y entiende —y nunca fuerza— los límites de la otra persona.
  • Confianza. Estás hablando con un chico de la clase de francés y tu novio pasa por delante. ¿Se pone nervioso enseguida o sigue tranquilamente porque sabe que no lo vas a engañar? No hay ningún problema en sentirse un poco celoso a veces; los celos son una emoción natural. Pero lo que importa es cómo reacciona una persona cuando se siente celosa. No es posible tener una relación sana si no confías en el otro.
  • Honestidad. La honestidad va de la mano de la confianza, porque es difícil confiar en alguien cuando tú no actúas con honestidad. ¿Alguna vez has pescado a tu novia en alguna mentira importante, como, por ejemplo, que te dijese que tenía que trabajar el viernes por la noche cuando en realidad se fue al cine con sus amigas? La próxima vez que te diga que tiene que trabajar, te costará creerla y la confianza ya no tendrá una base fuerte sobre la que apoyarse.
  • Apoyo. Tu pareja debería apoyarte no sólo en los malos momentos. Algunas personas son estupendas cuando todo tu mundo se está cayendo a pedazos, pero no son capaces de quedarse cuando las cosas van bien (o viceversa). En una relación sana, tu pareja está a tu lado para ofrecerte su hombro cuando necesitas llorar porque te has enterado de que tus padres se están divorciando y para celebrar contigo que te han dado el papel principal en una obra de teatro.
  • Justicia, igualdad. También es importante que en tu relación haya un equilibrio entre dar y recibir. ¿Os turnáis para elegir la película nueva que vais a ver? ¿Salís juntos con los amigos de tu novio o novia tan a menudo como con los tuyos? No se trata de llevar las cuentas y de asegurarse de que todo sea exactamente igual, desde luego. Pero tú sabrás si la relación es equitativa. Las cosas se ponen mal rápidamente cuando una relación se convierte en una lucha de poder, de manera que una de las dos personas intente salirse siempre con la suya.
  • Identidades separadas. En una relación sana, es importante que cada uno renuncie a algo. Pero esto no significa que deberías sentirte como si estuvieras dejando de ser quien eres. Cuando empezasteis a salir, cada uno tenía su propia vida (familias, amigos, intereses, hobbies, etc.) y esto no debería cambiar. Ninguno de los dos debería hacer ver que le gusta algo que en realidad le desagrada, ni dejar de ver a sus amigos o abandonar las actividades que le encantan. Y también deberíais sentiros libres para desarrollar nuevos talentos o intereses, hacer nuevos amigos y seguir evolucionando.
  • Buena comunicación. Es probable que hayas oído hablar mucho de que las mujeres y los hombres no parecen hablar el mismo idioma. Todos sabemos cuántos significados diferentes puede tener la frase "No, no pasa nada", dependiendo de quién la diga. Pero lo que es importante es preguntar si tienes dudas respecto a lo que quiere decir tu pareja, y hablar sinceramente y abiertamente para evitar malentendidos. Nunca escondas tus sentimientos por miedo de que a tu novio o novia no le guste lo que puedas decir o por temor a parecer estúpido. Y si necesitas un poco de tiempo para pensar en algo antes de hablar, una persona que actúa de manera correcta te permitirá que te tomes ese espacio para reflexionar si tú se lo pides.
Fuente:  http://kidshealth.org/teen/en_espanol/mente/healthy_relationship_esp.html

21 de octubre de 2010

La convivencia familiar


La convivencia familiar no es sólo pasar un tiempo juntos y conversar cosas sin importancia ni trascendencia, es en donde todos como integrantes de la familia contamos a los otros que tal fue nuestro día o algún problema que tengamos.

Escrito por Ileinne Esquivel

En estos tiempos en que en las casas hay más de un televisor y aparte de eso también existe computador en la pieza, se va perdiendo el compartir como familia. El trabajo y las preocupaciones hacen que olvidemos la familia y nos preocupemos solamente de nuestro vivir y de lo que a nosotros nos pasa.
“Creo que para todos es claro, o debería serlo, que el amor es un valor fundamental para la familia. La familia es la escuela del amor, donde primero aprendemos a amar de pequeños; y de este aprendizaje primario del amor muchas veces depende si, más adelante en nuestra vida, nuestro amor es completo, íntegro, y enriquecedor. Si no hay amor en la familia, ¿en donde lo habrá?”

No basta con sólo decir te quiero, también se necesita una caricia, un beso, un abrazo, algo físico que demuestre lo que decimos en palabras.

El que haya en la casa un tiempo para compartir como familia todos juntos es importantísimo por que si los padres quieren saber que es lo que hacen sus hijos o como les ha ido deben conversar.

La convivencia familiar no es sólo pasar un tiempo juntos y conversar cosas sin importancia ni trascendencia, al contrario es donde todos como integrantes de la familia contamos a los otros que tal fue nuestro día en la escuela, puede ser también contar ¿como nos fue en el trabajo? o todas las cosas que pasaron en la casa e incluso hasta algo mas personal como ¿cuáles son nuestros temores o anhelos? eso es compartir, darse un tiempo para interiorizarse en el otro.

El que pueda haber un tiempo para conversar en la familia logra un cambio, por que de esa manera los hijos aprenderán con el ejemplo, todos los valores que se quieran enseñar, además se van conociendo más y se va fortaleciendo la familia como núcleo familiar y para que decir las relaciones familiares mejoraran notablemente.

Como familia cristiana, debemos tener siempre presente el encuentro con el Señor en la oración personal y familiar, en la Eucaristía. Nos ayudarán a fortalecer el crecimiento en la fe. Una fe vivenciada en el seno de una familia comprometida.

“Una familia saludable sería aquella que logra cimentar un entorno físico y de relaciones del grupo familiar que favorezcan el desarrollo humano de sus miembros individualmente, y que les permita alcanzar su óptimo potencial, de acuerdo a sus expectativas y necesidades, tomando en cuenta su ser integral (físico, psíquico, emocional y espiritual), en un ambiente acogedor, contenedor, protector y que promueva la libertad”.

Yo no digo que sea fácil de un día para otro conversar y querer interiorizarse en el otro si jamás se ha hecho, pero es mejor intentarlo que quedarse sin hacer nada, cruzados de brazos. Si ponemos las ganas, la voluntad de querer hacerlo, se puede no es IMPOSIBLE. 


Fuente: http://www.elobservatodo.cl/admin/render/noticia/6833

18 de octubre de 2010

El valor de la convivencia familiar

En la actualidad, la poca convivencia que existe entre los padres e hijos se ha incrementado en los último años. Es importante resurgir el valor de la familia.
FMU/ Sergio Yakovlev Giorgana 
Me llama la atención la poca convivencia que existe entre algunos padres de familia y sus hijos. Él, todo el día en el trabajo, come fuera de casa, llega cuando los niños duermen; mientras que ella, está muy ocupada en cumplir con las mil actividades vespertinas de los niños y de su profesión.

Entre semana, algunos hijos, luego de regresar del colegio, apenas pueden terminar la comida, pues ya se les hace tarde para la clase de tenis, ballet, natación o la de inglés. Tan pronto como terminan esas actividades, vuelven fatigados a casa, pero tienen que hacer la tarea. Luego, siempre arriados por el grito de mamá, se meten a bañar, cenan y a dormir. Así son sus días.

Y el fin de semana, padres e hijos, deshechos por la agotadora semana, ya no quieren saber del otro. Cada quien sus amigos, sus comidas, sus fiestas; cada quien sus películas; cada quien su vida. Se van las semanas y si bien hubo momentos en que estuvieron juntos, no hubo ninguno en que convivieran realmente.

Hoy en día, el lenguaje se usa sólo para transmitir información, no para comunicarnos. Estamos muy bien enterados de la talla y medidas de nuestros niños, de su peso, sus padecimientos, su comida favorita, cuántos dientes se le han caído, qué juguetes les gustan, quiénes son sus amigos, quiénes sus maestros, cuáles son sus calificaciones. Coleccionamos datos y con ellos hacemos una radiografía. Entonces, creemos que los conocemos. Lo cierto es que no hemos aprovechado el lenguaje para hablar de sus y nuestros sentimientos y, este hecho, levanta muros entre padres e hijos y entre la misma pareja.

Los sentimientos son lo que asimilamos de los sucesos que se nos presentan día a día. Es decir, lo que uno siente. El niño que logra expresar un sentimiento presta atención a su voz interior. Aprende a comprenderse y a aceptar su modo peculiar de ser. Cuando su expresión ha sido escuchada y comprendida, el niño se mira en los ojos de quien lo acoge y, entonces, comienza a reconocerse a sí mismo. Gracias a esa compenetración, el niño se reconoce: “yo soy éste”, con lo cual, adquirirá confianza en su persona. Al pasar los años, acostumbrado a intimar con él mismo, su inteligencia emocional se encontrará madura, y esto le permitirá entablar relaciones estables y duraderas.

Un niño ignorante de sus sentimientos, tenderá a ensimismarse, su comportamiento será hosco y es posible que su grado de intimación se vea afectado a lo largo de su vida. Si no puede poner en palabras su sentir, será muy difícil que logre traducir el sentir de otra persona.

¿Cómo se despierta en el niño la capacidad para expresar sus sentimientos? A través de la convivencia con sus padres. El diálogo es la vía por medio de la cual se con-vive. No se trata de “estar con” el otro, se trata de “vivir con” él.

Propongo que entre padres e hijos se abra un flujo de comunicación libre y voluntario por medio del cual surja el intercambio sincero de sentimientos. Esto no es posible de un día para otro, tampoco cuando a uno se le antoje la idea de ponerlo en práctica por un tiempo. La sana con-vivencia entre padres e hijos, es una labor de todos los días.

No desaprovechemos los valiosos momentos que tenemos con nuestros niños. Vale la pena darnos tiempo para con-vivir en familia.

Fuente:  http://www.terra.com.mx/mujer/articulo/185178/El+valor+de+la+convivencia+familiar.htm 
 

16 de octubre de 2010

MANEJO DE NUESTRAS EMOCIONES

El manejo de las emociones, comienza conociéndolas, aprendiendo a vivir con ellas, y reconocer cuándo son beneficiosas y cuándo pueden hacer daño.
El manejo de ellas consiste en controlarlas cuando se siente que se estan desbocando. Buscar la manera de aprender a razonar y pensar en los momentos que se siente que se quiere reaccionar a situaciones emotivamente.

Debemos tener en mente que luego de haber reaccionado de modo emotivo es dificil echar marcha atrás porque el daño ya puede haberse convertido en un peligro para las personas , sus allegados a la sociedad.  Empero ,también pueden ser beneficiosas

.  Todas las personas tenemos emociones. Ello es innato. Es aceptado científicamente, que las emociones básicas son: la felicidad, la trsiteza, la indignación,el temor ,el rechazo. 
Esas emociones pueden reconocerse de inmediato, en las caras de las personas que la están viviendo Por ejemplo, la indignación, hace cambiar la cara de la persona indignada, todos sus músculos están tensos y las cejas aparecen enarcadas, se suda copiosamente (digame eso a mi). El rechazo, otro ejemplo, produce una expresión de asco

. Es necesario reconocer estas expresiones para saber cómo lidiar con la gente con la que se debe negociar o convivir.
Lo malo, es que cuando actuamos emotivamente, es decir, dejarse llevar por el primer impulso, puede conducir a cometer errores que posteriormente se lamentarán.
Asi que el secreto es poder reconocer cuando se debe actuar guiados por las emociones y cuando se deben controlar.
Según, las autoras Martin y Boeck, existen cinco elementos fundamentales de la Inteligencia emocional:

1. Recocer las propias emociones.

2. Saber manejar las propias emociones

3.Utilizar el potencial existente esto es aprender a motivarse, a no desfallecer en las tareas que se imponga, a ser tenaz y constante y disfrutar de lo que está haciendo.

4.Saber ponerse en lugar de los demás, reaprender a tener empatía, ponerse en el lugar de otro.
 
5. Crear relaciones sociales. o sea saber trabajar y participar en ambientes con otras personas.

Las emociones, pueden ser beneficiosas o perjudiciales para nuestro cuerpo y nuestro cerebro, y es en su Hemisferio izquierdo, donde estan LAS EMOCIONES.

14 de octubre de 2010

El manejo de las emociones


 
El manejo de las emociones lo podré alcanzar fácilmente si permito que las fuerzas más constructivas dentro de mí sean las que eligen la dirección de mis pensamientos.
Una amiga que se sinceró consigo misma dijo:
Estoy más clara ahora. Ya sé que no quiero relacionarme con esta persona, pero me siento muy irresponsable y miserable por ser así.
Puedo distinguir dos voces diferentes dentro de ti:
  • Una que ve la luz y reconoce lo que se mueve en lo profundo de tu ser.
  • Otra que menosprecia eso y te juzga por no adaptarte a ciertas “normas establecidas”.
El manejo de las emociones empieza al permitirte ser muy sincera contigo misma y revisar, desde lo más profundo de tu esencia, si eso que haces es armonioso con la vida que quieres vivir.

Si no es armonioso, entonces – por respeto a ti misma – reconócelo y construye a partir de allí. Pero no te entregues a creencias o sentimientos ajenos que te hacen sentir irresponsable y miserable por ser así.  

¿Quién domina en tu vida?

¿No ves lo que está pasando?
Si en verdad quieres saber cómo manejar las emociones, pon atención.
Primero te permites por un instante recibir la información desde tu esencia. Esta información trae una dirección que te libera y te fortalece. Que te da un respiro y una esperanza.
Si te hubieras permitido construir a partir de allí, habrías diseñado un plan que tuviera en consideración a todas las personas involucradas y la manera más responsable de resolver esto, pero sin traicionarte. 

Pero ¡no!

De inmediato, te acobardas y te juzgas, porque eso que viste (pensaste o sentiste) no se acomoda a los patrones aceptados por esa persona o por algunas creencias que tienes bien arraigadas.

Traicionas a esa parte honesta y profunda que trae un mensaje liberador, para pasarte de bando al lado de esa vocesita enemiga que cree saberlo todo, inclusive lo que debes hacer y no hacer.
Para aprender sobre el domino de las emociones, primero aprendo quién me maneja a mí... 
¿A cuál de esas voces vas a permitirle que dirija tu vida?
No estoy hablando sólo del caso que nos ocupa en este momento, ni estoy hablando de la próxima semana. Te pregunto, en este y en todos los casos:
¿A cuál de las voces interiores vas a permitirle que dirija el destino del resto de tu vida? ¿Qué parte tuya será la que manda en el manejo de las emociones? 

¿La que te aprisiona o la que te libera?

¡Ay qué susto me da esto! No sé cómo manejar las emociones que me saltan por todo lado".
"Siento una fuerza desde adentro que me dice que tengo todo el derecho de sentir lo que siento. Pero por otro lado, oigo la voz de mi esencia que me advierte que no tengo ese derecho y que será una irresponsabilidad continuar.

Amiga, creo que le pusiste una etiqueta equivocada a esa voz que oyes. La voz de tu esencia buscaría lo mejor para ti, haría lo que fuera por tu felicidad y preferiría tu bienestar por encima incluso de lo “socialmente aceptable”. ¿Cierto?
Esta voz autoritaria que oyes te está limitando, aprisionando y exigiendo que te ajustes a “lo que debe ser” aunque te haga infeliz. Yo diría que, cuando mucho, es la voz de tu enemiga interna. 

Esto es clave para entender el manejo de las emociones.
Mi alma, mi esencia y todo lo sagrado y espiritual es pura energía positiva.
Si lo que pienso y siento me limita, si me hace sentir que no tengo valor y que no tengo derecho, entonces no proviene de mi alma.
Proviene de creencias que acepto como verdad. Pero esas creencias vienen de lo que he escuchado decir a personas con autoridad a lo largo de mi crecimiento.
Esas personas podrán haber dicho eso con muy buena intención y puede haber sido una verdad para ellos, pero es obvio que a mí, esa “verdad” me aplasta y me disminuye en este momento. 

¿Qué dirección elijo?

Has llegado al punto en que te toca hacer una elección:
¿A cuál de las voces interiores vas a permitirle que dirija el destino del resto de tu vida?
Sí, sí, ya lo decidí. Voy a seguir la voz de mi esencia, esa que siento que con amor me dice lo que es armonioso y lo que no."
"Pero entonces, ¿cómo resuelvo este asunto con esa persona, para no maltratarla?
¡Qué diferencia!
Ahora siento que te estás construyendo y que te estás respetando. Me parece que con esperanza, sabiduría y responsabilidad estás queriendo solucionar esto que te agobia.
Ya pronto estará todo más claro y encontrarás varias opciones buenísimas para acomodar el asunto con esa persona.
De paso, en esta dirección el manejo de las emociones te resultará cada vez más sencillo. 

El camino que me construye

Por ahora, permítete sentir hacia adónde te lleva esta intención.
¿Sientes que esta apertura con tu esencia te da fuerza, te inspira y alienta a construirte?
¡Sííí! Siento una alegría que me brota desde adentro y que me unifica."
"Siento como si esto fuera un nuevo comienzo. Me estoy dando la oportunidad de vivir como en verdad yo quiero vivir mi vida.
Por allí es, amiga. Ahora sí siento que esa es la voz de tu esencia.
Desde allí el manejo de las emociones es fácil. Solamente te ocupas de generar tus pensamientos con la intención de liberarte y de construirte, y las emociones que esos pensamientos provocan son extraordinarias.
¿Puedes permitirte sentir como fluye tu energía con esta conexión? ¿Puedes sentir cómo vas teniendo más y más confianza en ti misma?
Esto es grandioso. Quiero sentir esto siempre.
¿Puedes conectar con tu sabiduría interior? ¿Puedes resolver cómo manejar el asunto aquel con esa persona?
¡Esto es asombroso!"
"Lo que pasa es que he tenido mucho miedo a lo que diga la gente. La solución es simple: No hay razón de que yo pierda para que esa persona se sienta complacida. No tengo más que decirle esto y se acabó."
"No es desconsiderado ni inaceptable: es respetarme yo. Si ella y el resto de la gente lo entiende, bien. Si no, no me siento obligada.
¿Y qué pasó con aquello que te hacía sentir muy irresponsable y miserable por ser así?
No, ya sé cómo es esto del manejo de las emociones. Depende de a cuál de mis voces interiores es a la que voy a permitirle dirigir mis pensamientos. Lo tengo claro ahora.
Me alegro, amiga.

Fuente: http://www.autoestima-y-exito-personal.com/manejo-de-las-emociones.html

11 de octubre de 2010

Manejo de emociones

Reconociendo lo que siento
Poder tomar contacto con nuestras emociones en la vida diaria y lograr interpretar lo que se siente ante diferentes circunstancias cotidianas nos va a permitir empatizar mejor con nuestros hijos, entendiendo que ellos hacen el mismo proceso con la diferencia que somos nosotros quienes tenemos que ayudarlos a ponerle nombre a eso que ellos  sienten pero desconocen como se llama. En la medida que los adultos podemos reconocer lo que sentimos, aceptar lo que nos pasa, pensar como nos afecta y actuar según nuestra voluntad anteponiendo ciertos valores al sentimiento innato, podremos enseñar a los niños a ser consecuentes y coherentes también con lo que sienten, piensan y hacen.

Los sentimientos no son en sí buenos ni malos, no tienen moralidad. Son espontáneos e involuntarios, no los podemos evitar, ni programar ni reprimir, simplemente brotan de nuestro interior ante una determinada situación, persona, lugar o cosa, en cambio los pensamientos son dirigidos y los hechos claramente son actos de la voluntad que si pueden ser definidos como buenos o malos.

Tanto los adultos como los niños a veces tenemos dificultades para reconocer nuestros estados emocionales. Los niños porque recién están empezando a conocerse y no saben conceptualizar o ponerle nombre a las cosas y los adultos porque dependiendo del énfasis que se le haya dado a nuestra educación afectiva, conciente o inconcientemente tendemos a reprimir, ocultar, negar o darle poca importancia a lo que sentimos.
La sociedad que hoy vivimos donde ser competente y exitoso es importante,  puede valorar más  el tener buenas ideas que tener muchos y variados sentimientos. Le ponemos mas ganas a lo activo y efectivo, a ser competente y productivo que a lo afectivo y espiritual.
Hay familias donde se valoriza la sensibilidad, la afectividad y la intuición además de estimular la creatividad, otras familias más intelectuales enfatizan lo racional y el intelecto y es aquí donde se generan normalmente  niños y luego adultos orientados hacia el mundo de las ideas, del estudio, del las razones y del hacer por sobre el ser. Es bueno estimular el cuestionamiento y el pensamiento crítico pero es doblemente bueno si éste desarrollo se armoniza con el desarrollo de la afectividad.
Cuando no logramos expresar adecuadamente nuestras emociones pueden surgir expresiones psicosomáticas como dolores de estomago, de cabeza, colon irritable, úlcera, caídas de pelo, alergias, etc. En el niño pequeño existe una expresión emocional cotidiana, ya sea espontánea o que puede evidenciarse a través de síntomas como no querer ir al colegio, pérdida del apetito, dolores de cabeza o de estómago. En los adolescentes las expresiones son mas confusas y pueden ir de momentos de mucha extroversión y dependencia hasta de querer estar solos y manejar por si mismo sus estados.
En la medida que nos sensibilicemos a nuestras manifestaciones afectivas seremos capaces de ayudar a nuestros hijos a desarrollar esa sensibilidad también, si un papá logra entender esa tensión abdominal que siente cada vez que su jefe lo llama para discutir un proyecto nuevo, va a comprender mejor a su hijo cuando le cuenta que le duele la guata cada vez que la profesora lo llama al pizarrón. Ambos han logrado identificar situaciones que para cada uno constituye una fuente de stress o tensión emocional. No importa la edad de los hijos, los padres debemos estar siempre disponibles para ser sus espejos, reflejándoles lo que ellos están sintiendo, que es diferente a lo que yo creo que ellos pueden sentir, para ayudarles a descubrir el mensaje que esta detrás de la reacción concreta que reciben a través de su cuerpo.
En el próximo artículo veremos que hacemos con eso que sentimos…como manejamos esos sentimientos que nos invaden…hasta la proxima..!!

Loreto Carmona
Mediación Familiar y Mediación Educativa

Fuente: http://www.demujeres.cl/familia/mediacion/manejo-de-emociones

8 de octubre de 2010

Cómo se comporta un agresor y la victima

  • Quienes ejercen el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro logrando con ello tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años.
  • El niño o varios de ellos, comúnmente en grupo, constantemente tienen actitudes agresivas y amenazantes sin motivo alguno contra otro u otros niños.
  • Es o son provocativos, cualquier cosa es para ellos motivo de burlas.
  • Su forma de resolver conflictos es por medio de la agresión.
  • No es nada empático, es decir no se pone en el lugar del otro.
 Comportamiento de las víctimas del bullying
 
  • Son comúnmente niños tímidos y poco sociables. Ante un acoso constante, lógicamente se sienten angustiados, tensos y con mucho miedo a tal grado que en algunos casos puede llevarlo a consecuencias devastadoras.
  • El niño o adolescente se muestra agresivo con sus padres o maestros.
  • Comienzan a poner pretextos y diversos argumentos para no asistir a clases, ni participar en activiadades de la escuela .
  • Se presenta un bajo rendimiento escolar.
  • La víctima comienza a perder bienes materiales sin justificación alguna, o piden más dinero para cubrir chantajes del agresor.
  • En los casos más severos presentan moretones o agresiones evidentes en la cara y el cuerpo. 

 Fuente: http://www.peques.com.mx/como_se_comporta_un_agresor_y_la_victima.htm

6 de octubre de 2010

Causas y consecuencias del bullying

Personales: Un niño que actua de manera agresiva sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en la escuela o en la familia.
Adquiere esta conducta cuando es frecuentemente humillado por los adultos.
Se siente superior, ya sea porque cuenta con el apoyo de otros atacantes o porque el acosado es un niño con muy poca capacidad de responder a las agresiones.

Familiares: El niño puede tener actitudes agresivas como una forma de expresar su sentir ante un entorno familiar poco afectivo, donde existen situaciones de ausencia de algún padre, divorcio, violencia, abuso o humillación ejercida por los padres y hermanos mayores; tal vez porque es un niño que posiblemente vive bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades o por el contrario es un niño sumamente mimado.
Todas estas situaciones pueden generar un comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la violencia cuando sean adolescentes.

En la escuela: Cuanto más grande es la escuela hay mayor riesgo de que haya acoso escolar, sobre todo si a este factor se le suma la falta de control físico, vigilancia y respeto; humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos.
Por otro lado los nuevos modelos educativos a que son expuestos los niños como la ligereza con que se tratan y ponen en practica los valores , la ausencia de límites y reglas de convivencia, han influenciado para que este tipo de comportamiento se presenten con mayor frecuencia.

Consecuencias para el o los agresores
Pueden convertirse posteriormente en delicuentes, la persona se siente frustrada porque se le dificulta la convivencia con los demás niños, cree que ningún esfuerzo que realice vale la pena para crear relaciones positivas con sus compañeros.

Consecuencias para la víctima
Evidente baja autoestima, actitudes pasivas, pérdida de interés por los estudios lo que puede llevar a una situación de fracaso escolar, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, lamentablemente algunos chicos, para no tener que soportar más esa situación se quitan la vida.

Fuente: http://www.peques.com.mx/causas_y_consecuencias_del_bullying.htm

4 de octubre de 2010

El bullying y sus tipos

Parece que no pero realmente es muy frecuente los casos de acoso entre los niños, en carne propia muchos padres de familia hemos vivido esa experiencia entre nuestros hijos, sin saber que decir y como actuar.
 
¿Que es el Bullying?

Es una palabra proviente del vocablo holandes que significa acoso.
El primero que empleó el término "bulliing" en el sentido de acoso escolar en sus investigaciones fue Dan Olweus, quien implantó en la década de los '70 en Suecia un estudio a largo plazo que culminaría con un completo programa antiacoso para las escuelas de Noruega.
Anteriormente esta palabra no era tan comentada, pero debido al incremento alarmante en casos de persecución y agresiones que se están detectando en las escuelas, lo que lleva a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras, es que ahora se esta hablando más del tema.
El bullying esta presente en casi cualquier lugar, no es exclusivo de algún sector de la sociedad o respecto al sexo, aunque en el perfil del agresor sí se aprecia predominancia en los varones. Tampoco existen diferencias en lo que respecta a las víctimas.
El agresor acosa a la víctima cuando esta solo, en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio. Por esta razón los maestros muchas veces ni por enterados estan.
Sin embargo no se trata de un simple empujón o comentario, se trata de una situación que si no se detiene a tiempo puede provocar severos daños emocionales a la victima.
Esta práctica que se vuelve frecuente en los niveles de secundarias y preparatorias públicas o privadas de México, en otras partes del mundo se esta adaptando a la tecnología dando como resultado el cyber bullying, es decir, el acoso a través de Internet específicamente en páginas web, blogs o correos electrónicos.
 
Tipo de Bullyng
 
Sexual: Es cuando se presenta un asedio, inducción o abuso sexual.
Exclusión social: Cuando se ignora, se aísla y se excluye al otro.
Verbal: Insultos y menosprecios en público para poner en evidencia al débil.
Psicológico: En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro.
Físico: Hay golpes, empujones o se organiza una paliza al acosado.

Fuente: http://www.peques.com.mx/el_bullying_y_sus_tipos.htm